Se ha recordado con justicia y mucho aprecio en estos días la calidad indiscutible como humorista y artista gráfico de Peni, nombre artístico de Pedro Penizzotto. Pero yo, que siempre admiré sinceramente las maravillas que su zurda volcaba sobre el papel, lo que necesito es rescatarlo vivo, como cuando lo conocí, por ejemplo, allá en la Asociación de Dibujantes (ADA), cuando corre el año '79 o el '80. Un pibe flaquito, de anteojos, serio, callado, imperturbable, con la facha de un estudiante neoyorquino. Está haciendo el curso de humorismo con Miguel Rep. Miguel y yo somos muy compinches en esos tiempos en que la ADA está desarrollando una gran actividad bajo la conducción de Eugenio Zoppi y un grupo de gente joven y entusiasta. Poco a poco Peni se nos va sumando y terminamos conformando un trío inseparable de amigos como aquellos que cantaba el tango, para los que la bohemia y la aventura son el pan de cada día.
Peni en el Museo de la Caricatura, alrededor de 1982. Foto tomada del blog de Siulnas
El año 1981 viene difícil para mí: Sin trabajo y sin alojamiento en Buenos Aires, sólo me quedan los amigos. Peni ha empezado a publicar en la revista Rico Tipo y me dice: "¿Por qué no vas a verlo a Mazza, el jefe de arte? No pagan mucho pero siempre ayuda." Así se produce mi entrada al mundo del humorismo: Publico mi primer personaje propio: Usadora Duggan, donde caricaturizaba nuestras andanzas en la noche porteña. Cuando vamos juntos a buscar trabajo en una nueva revista, Operación Ja Ja, terminamos haciendo juntos Los Desnudos de Moira Shazam. Peni no sólo escribe los guiones, sino que sin querer se convierte en Hipólito, el novio de Moira (nunca me pude resistir a dibujar a los amigos como personajes en mis historietas). Como buen humorista, lo disfrutó plenamente.
Arriba: página de Moira Shazam. Abajo, página de guión de Moira... de la propia mano de Peni
30 de marzo: enorme marcha de protesta contra el gobierno militar. Dura represión de la policía. Lo veo, nos veo a los tres saliendo de Caras y Caretas y atravesando la avenida 9 de Julio en medio de corridas, golpes y enfrentamientos, cada uno con su carpeta de dibujo bajo el brazo como todo armamento, en dirección a la revista Humor. Son días históricos (y peligrosos) pero uno se da cuenta después, claro.
Caras y Caretas es una gran oportunidad para nosotros de afilar nuestras capacidades y mostrar todo un abanico de posibilidades expresivas: se respira un aire de libertad y creación muy especial, propio de la etapa de democracia que se acerca. Es así que en plena Guerra de Malvinas sale el primer número de la revista, abarrotado con nuestras ilustraciones e historietas. ¡Cómo olvidarme de aquel 1° de Mayo, el día en que la aviación inglesa ataca por primera vez a las tropas argentinas! Estamos los tres en casa de Peni, dibujando y viendo las noticias por televisión con una sensación de angustia y expectativa muy grandes. Miguel y Peni dibujan con mucho humor, a pesar de todo, una historieta donde me caricaturizan sin piedad: Deliroli. Es extraño cómo el humor y el drama se mezclaban en aquellos tiempos.
Una historieta a 2 manos: lápiz de Peni y tinta mía para la revista Brulote, firmada con el seudónimo de Massazzotto.
Comienzos de los '80. En un rincón de alguna muestra, un grupo de colaboradores de Caras y Caretas: Petisuí, Rep, Gabriel Lerman, Torres, Massaroli, Jorge Repiso (hermano de Rep) y Peni
Siguen los recuerdos. Los partidos de fútbol entre dibujantes: el equipo de la ADA contra el de la revista Humor o contra el de la editorial Columba, o contra el de García Ferré, siempre junto a Miguel, Rubén Meriggi, Walter Alarcón... las reuniones con amigos y amigas, los días y las noches de la ADA, las exposiciones, los viajes a Santa Teresita, donde los padres de Peni nos prestan su departamento y lo invadimos en patota. Allí, un partido de TEG llega a prolongarse por más de ¡un día y medio!... En fin, cuántas cosas compartidas, cuánto duele ahora saber que ya no las vamos a poder recordar juntos en alguna mesa de café.
Mediados de los '80. Integrando un improvisado equipo de fútbol, Meriggi, Armando Fernández, Alarcón, Alberto Caliva, Massaroli y Peni
1984. Los caminos empiezan a bifurcarse: Peni incursiona en el mundo de los dibujos animados cuando, de visita en el Estudio Géminis, los que todavía no nos animamos a dar ese paso, le pasamos el dato de que Producciones Jaime Díaz necesita historietistas para hace layouts en cantidad . Él acepta el desafío como siempre, imperturbable, y lo hace con mucha eficacia; pero después de una temporada vuelve al humorismo, que es realmente lo suyo. Al año siguiente me toca a mi decidirme a ingresar al estudio de Jaime Díaz, y poco a poco empezamos a vernos cada vez menos, a medida que nos vamos desarrollando en distintas direcciones.
Eso no le impide asistir a mi casamiento, en 1986, una de las últimas veces que se juntó el viejo trío. Al poco tiempo, generosamente me recomienda para reemplazarlo en la tarea de dibujar un chiste mensual para la revista Guía Práctica de la Importación y la Exportación, ya que su nueva ocupación como guionista del programa de televisión La Noticia Rebelde le demanda mucho tiempo.
En el casamiento de Rubén Meriggi
Pasa el tiempo; mucho. Me entero que está haciendo muy buenos trabajos con Carlos Trillo para Europa.... De pronto, en 2010, la gran alegría de que Peni asista a la presentación en la Biblioteca Nacional de mi libro ¡¡Juan Moreira!!, con aquella historieta que yo había dibujado en la época en que él se aparecía cada dos por tres por Géminis. ¡Volvían los viejos tiempos...!
2010. En la Biblioteca Nacional. Al fondo, Tito Spataro, otro gran amigo de los tiempos de la A
Peni: no te digo adiós. Estás. En tus dibujos, en tu humor, en las pocas fotos que sacábamos en aquellos tiempos de bolsillos no siempre llenos, en tantos recuerdos imborrables, en la palabra AMIGO; te quedás con nosotros. Para siempre, che.
Qué linda nota, José ...
ResponderEliminarCuantos recuerdos José... muy conmovedor el texto. Un abrazo.
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