La IV Feria del Libro de la cálida y tranquila ciudad de Concordia, en la provincia de Entre Ríos, me vió llegar de nuevo tras haber presentado allí mi libro ¡¡Juan Moreira!! en el mes de abril. Otra vez Saltalibros fue la emprendedora librería que me convocó, y la Biblioteca Serebrinsky fue el lugar en que pude desarrollar mi actividad con la generosa colaboración de todos sus integrantes.
Una tremenda lluvia acompaña mi viaje y persiste durante todo el viernes 7 de octubre. No hay un alma en la feria. Por suerte, no falta el mate en el simpático stand de Saltalibros para esperar el momento de la presentación, este mismo día. El cielo gris y la llovizna no impiden que me largue a caminar y que me pierda una y otra vez por las calles de la ciudad desierta.
Llegan las 20.30 y arrancamos. Luego del video de rigor, comienza el profesor Osmar Aguilar desplegando la vida del héroe de manera ágil y entretenida, de manera que el público se va poniendo al tanto de quién fue y qué hizo Manuel Dorrego. Cuando me llega el turno, ya puedo seguir adelante con anécdotas y hechos poco conocidos del Mártir de Navarro. Finalmente, cuento cómo llego a dibujar esta vida tan injustamente tronchada, y cómo llegamos a publicar el libro con la editora La Duendes. Entre los asistentes, amigos de la revista local Panza Verde, decana del humor en todo el país.
La Biblioteca Serebrinsky
Rubén Bitz, conductor de Panza Verde, escucha atentamente la charla
Lo más lindo de las charlas es el momento después, cuando la gente se acerca y comenta, pregunta más cosas, demuestra un interés por el tema que es la principal satisfacción del que cuenta una historia. El resto, firmar ejemplares, quedarse hasta que las velas no arden. Estirar las emociones de una presentación que salió mucho mejor de lo que el día prometía.
Saracino, Da Costa Leites y Massaroli
Al día siguiente, la feria empieza a mostrar más concurrencia. Almorzamos unos sándwiches a orillas del río Uruguay, con nuestra guía y anfitriona Laura Pérez, responsable de Saltalibros, y Luciano Saracino, el brillante escritor y guionista. Pasamos por el castillo de San Carlos, en busca del fantasma de Saint Exupery y ya para mi es la hora de la siesta. Impostergable siempre, pero más en la tierra de los Panzas Verdes, adeptos incondicionables del saludable hábito. Permiso...
Mate con bizcochitos en el stand, gente, libros, la feria empieza a tomar un ritmo normal. A las 19, damos comienzo a una nueva charla en la Biblioteca junto con Luciano, el dibujante local Daniel Mendoza y el dibujante y músico punk, Max Vadalá, sobre el tema "Vivir haciendo historietas." Es decir, las mil y una locuras de los que nos ocupamos de esta maravillosa profesión.
El trío "La Duendes"... casualmente, tres de los cuatro charlistas colaboramos con el valioso grupo patagónico
Mendoza, Saracino, Massaroli y Vadalá
Todo resulta muy variado y entretenido, dados el notable humor y dinamismo de que hace gala Luciano, la seguridad del joven Mendoza y el contraste que produce naturalmente la óptica punk de Vadalá. La gente se muestra muy interesada y contenta con la descripción que cada uno hace de su vida profesional. Como broche de oro... ¡se me aparece un Massaroli entrerriano! Primera vez que conozco a un portador de mi apellido que no pertenece a la rama de mi abuelo italiano. Emocionante de veras.
Con el Massaroli perdido, Pablo, con el que algún antiguo ancestro compartiremos, seguramente
El domingo a la mañana me sorprende la cantiodad de gente en la feria. Hay sol, es otra cosa. Igualmente me hago un tiempo para ir a recorrer la costanera. El río Uruguay es un remanso de paz, un descanso para la vista, un amigo.
A la tarde, la feria desborda: un desfile incesante por el stand de Saltalibros donde firmo ejemplares de mis libros acompañado por la simpatía de Gaby y Gladys, que le están dando una mano a Laura, como buenas amigas. Me asombra la cantidad de chicos que se interesan por las historias de Dorrego y Moreira. Esto es muy alentador.
Un hábil artesano y buen amigo: el "Conejo" Tapichi Díaz y su simpática hija
Con Sebastián Pitta, Tomás Astelarra, y Rubén Bitz
Mateamos en el stand de la revista Sudestada con Tomás, que lo atiende con muy buena onda, y la gente de Panza Verde. Conozco a un personaje legendario de la zona: don Jorge Mario, autor entre tantas cosas de dos películas de culto: Winchester Martin y Kidnapping, lo que lo llevó a convertirse recientemente en protagonista del exitoso documental Amateur, de Néstor Frenkel. La charla se prolonga y finalmente intercambiamos nuestras obras. El tiempo se desliza insensiblemente entre tanta agitación y cuando me quiero acordar ya es hora de partir: el ómnibus no espera.
Saltalibros no iba a dejarnos ir con las manos vacías, así que nos obsequió con sendas tablas artesanales para picadas, hechas por el "Conejo" Tapichi Díaz, un tipazo. ¡Gracias a ambos!
De vuelta en la paz de mi estudio, escribir esta reseña, ver las fotos, rememorar los buenos momentos es estirar un poco más la despedida, siempre inexorable. Quedan las ganas de volver, los amigos, los proyectos que van surgiendo a medida que vamos conversando... todo eso me permite decir con alegría: ¡Hasta pronto, Concordia!
¡Y gracias por todo!
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