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sábado, 10 de noviembre de 2012

En el Día del Dibujante, un saludo para Enrique Meier, preso en España

Hoy es el Día del Dibujante en la Argentina.

Hoy celebramos nuestro día, dibujando algunos, brindando otros, saludándonos por teléfono o en las redes sociales. Libres.

Y mientras tanto, Enrique Meier, dibujante argentino, editor de la legendaria revista Turay en 1974, gran defensor de los derechos de sus colegas, con 80 años de edad y casi ciego, pasa un día más en una cárcel española.

  1980. Lobos. Juaro Romero, Massaroli, Eduardo lago y Enrique Meier

Conoci a Enrique cuando fui con Santiago Scalabroni a la revista Turay, que funcionaba en la oficina de "Las Tres M" (Macagno, Marchionne y Mandrafina), en la Galería Guemes, a mediados de 1974. Nos atendió Enrique, director de la revista que acababa de salir, y nos aclaró que en los primeros números publicarían dibujantes consagrados, como Lito Fernández, Dalfiume, etc. pero que luego habría lugar para los principiantes como nosotros.

 Tapa de Horacio Merel

Volví a verlo después de un tiempo, el día en que llegué el estudio Géminis por primera vez. Él solía visitarlo y ahí el trato fue distinto, más cercano, ya no estaba el escritorio del editor de por medio. Un tipo macanudo. Luego, en 1978 organizamos con Horacio Merel y Hernán Torre Repiso un partido de fútbol y asado entre dibujantes. Lo recuerdo enfrentando airosamente la marca de Merel, otro de los valores de Turay.

 Con Cilencio, Eduardo Lago, Miguel Rep, Juaro y Meier

En 1980 festejamos mi cumpleaños con un asado en lo de Eduardo Lago. No faltó el fútbol. Al regreso, en el tren, una multitud marchaba hacia Luján. Enrique se asoma a la ventanilla y dice: "¡Para el otro lado tienen que ir!" Era la época de la dictadura y el sentido de la frase es que si toda esa gente iba a Plaza de Mayo la historia sería distinta. Un rebelde, siempre.

 1985. Peni, Massaroli, Ramón Gil, Pereyra, Meier, Merel, Rubén Meriggi y Rep
  
Estuvo en mi casamiento. Le hizo chistes a mi primer hijo. Compartimos reuniones de la Asociación de Dibujantes, más partidos de fútbol, hasta me pasó algún trabajo cuando lo necesitaba. Estuvo en aquel asado que hicimos en Ferro, donde nos juntamos con verdaderas glorias de nuestra profesión que ya no están... 

   Meier, Julio Dolz, Gerardo Canelo, Merel, Eugenio Zoppi, Julio Álvarez Cao y Pablo Pereyra en el Club Ferrocarril Oeste

En algún momento de comienzos de los '90 alguien dijo que se había ido a España. Nunca más se supo... o casi.

Hasta que hace unos días, Felipe Ávila, creador del sitio Rebrote de la Historieta Nacional, recibió una larga carta a raiz de una nota sobre la revista Turay, publicada en Rebrote.



La triste realidad es que Enrique está preso desde el año 2007 y le falta otro tanto o más de condena. Anciano, casi ciego, asmático desde siempre. Cuenta que no se cumple la Ley, que no le permiten tratar sus cataratas, que tiene derechjo a cumplir su condena fuera de la cárcel,. por su edad, que tiene derecho a salidas para atender su salud y no se le otorga nada de eso.
 
Una de las 12 páginas manuscritas enviadas por Meier

No quiero entrar en detalles sobre lo que lo llevó a prisión: una pelea conyugal, leyes de violencia de género durísimas, tal vez exageradas, una condena que aquí no se le da ni a un aseesino serial, en fin, conocemos sólo su versión. Pero es la versión del amigo, del compañero, del compatriota que está lejos, solo y encerrado.


Enrique: si algo de esto llega hasta vos, sabé que contás con tus viejos amigos, con toda nuestra solidaridad. No te olvidamos. Estamos haciendo conocer tu caso. Ésta es la página de Facebook donde vamos organizándonos y difundiendo tu situación:

 https://www.facebook.com/SolidaridadConEnriqueMeier?ref=ts&fref=ts

Invitamos a sumarse a todos aquellos interesados en que se le brinde un trato humanitario y justo.


Palabras del amigo de Enrique que hizo llegar la carta a Felipe Ávila, quien la transcribió, y por la que nos enteramos de su difícil situación:

"Estimado Felipe Ricardo: 
Le envío este correo desde España, en nombre del dibujante Enrique Meier que, por las circunstancias ahora le comento, no puede escribirle directamente.

Le informo que a estas alturas del partido, con setenta y muchos años, Meier está en la cárcel desde el año 2007, sentenciado a 13 años de prisión por un delito de lesiones sobre su mujer que -aun siendo punible- ha sido sentenciado de forma abusiva, desproporcionada incluso en relación con la legislación de los demás países de la Unión Europea ; los intentos que venimos haciendo su abogada y yo (soy amigo de Meier desde hace muchos años) han sido infructuosos incluso para conseguirle después de todos estos años algún permiso de salida, aunque fuese de un día... ; ni siquiera encontramos facilidades para que pueda acudir al hospital más próximo a la prisión para que sea operado de cataratas (está perdiendo la visión)...

Le cuento todo esto, por una parte para explicar porqué no es Meier directamente quien le escribe, y por otra parte por si viese usted alguna posibilidad de ayudarle desde Argentina, aunque debo reconocer que no sé muy bien cómo (Hace unos días envié también una carta a Fatpren, asociación a la que Meier perteneció en su tiempo -siendo además un miembro especialmente activo- pidiendo también algún tipo de ayuda para mejorar su situación, o conseguir que terminase de cumplir su condena en Argentina, no sé...).

En cualquier caso, le comento el origen de esta iniciativa de escribirle: Hace unos meses, navegando por internet y buscando alguna referencia de Meier (por si veía algo que pudiera animarle en lo posible), encontré su muy interesante y amplio trabajo sobre Turay, en el excelente blog Rebrote; lo imprimí, y se lo hice llegar. En su situación, esas páginas le reconfortaron como los rayos del sol en una fría mañana; fue para él una gran alegría ver que todavía alguien recordaba y valoraba el trabajo realizado años atrás, y como -aun en este trance- sigue siendo un hombre lleno de energía y vitalidad, le ha faltado tiempo en las siguientes semanas para redactar la extensa carta que le envío en el PDF adjunto, aportando detalles e información que amplían lo relatado y que, seguramente, resultarán de su interés.

Como podrá comprobar al leerla, en medio de esa reconstrucción "histórica" aparecen algunos apuntes sobre su penosa situación actual. Creo que cualquiera de nosotros puede entenderlo, si pensamos en las circunstancias en que se encuentra.

No quiero robarle más tiempo, amigo Felipe, si me permite que le llame así: Le agradezco muchísimo su atención, y sepa que me tiene a su disposición para mantener correspondencia sobre Meier, o para cualquier otra cosa que necesite y yo pueda facilitarle.

Un cordial saludo

Luis Miguel Aguirre González"

Parte de la carta manuscrita, donde Meier recuerda su carrera como Dibujante y los tiempos de Turay:

Ahora que todavía estamos vivos –pero por poquito– estoy muy conmovido por estos blogs, de doble lectura, recibidos por correo en un envío de mi amigo español Luis Ángel, en junio 2012.
Intenta paliar mi crítica situación actual, física y anímica, y por la hermosa, gratificante sorpresa que significa encontrar alguien que recuerde hoy, aquel utópico intento nuestro. Mi agradecimiento por estas palabras lindas con que Uds. se refieren a nuestra publicación.
Desearía agregar algún detalle, si me lo permiten, redondeando ese prolijo e inteligente rastreo que Uds. realizaron.
Nació de casualidad, no por contacto político. Nunca estuve afiliado a ningún partido político. Sí participé en las manifestaciones de prensa, donde se produjo mi fragua social en el Sindicato de Prensa, con Osvaldo Bayer Secretario General.
El resto del plantel, tenía todos los colores políticos del resto de la población, incluso ninguno. Nunca se hablaba de política, porque la meta común era otra. Que nos usaran un poco menos y ser nosotros mismos, un poco más.
Vino de vacaciones Fito Zalla, desde Sao Paulo, hambriento de Corrientes, Callao, billares. Siempre llamaba a nuestras cenas, algún flaco de la tinta china, de la letra, así nos cambiábamos las figuritas.
Una noche vino Emilio Morales. Una personalidad prestigiosa, culta, informada, ex jefe de arte en Atlántida, director de la Agencia de Publicidad e la Editorial Julio Korn-Fabril Financiera en ese momento.
Durante el café, en un aparte, me dijo: tenemos minutos de máquina vacíos y papel sobrante; ¿te animás a hacer una revista?
Estuve en una proposición al Congreso, solicitando protección para nuestro trabajo y derechos que sí tenían los músicos. Con Fantasio presidente, fui secretario de A.D.A. Por lo mismo, DellAcqua, Rubén Sosa, Josecito Muñoz –un pibe de Hurlingham, mi barrio– Jordán, Pranzetti, etc. etc.
Se presentaba entonces una nueva y maravillosa oportunidad para defender nuestro Copyright, desde otro ángulo.
No me designaron Director de la revista el resto de los componentes: fue mía desde el principio, lo dice Merel en Yahoo! y queda claro en Wikipedia. Morales me repitió muchas veces: ¡no permitas que te la quiten! –SIC– conociendo hechos que yo ignoraba. Y… ¡casi ocurrió! Previo a que lo realizara la empresa (era implícito que era una mano que había que jugar. Partidos son partidos)
Comenzaron las reuniones con don Julio (Korn) y el nuevo accionista, Dr. Dellacha. Había nacido en Milano, y le respondía que yo a la vuelta, calle Iriarte. Encuentros de aproximación, cordiales.
Chequeándome, le informé que en 1957-58 había trabajado para editoriales inglesas con el primer Roberto Dami, en su estudio de la periferia de Milano, estaban Mario Faustinelli, quien estuvo en Bs. As., con Cesarino Civita –Editorial Abril–, Ugo Pratt, los Lettieri, Ongaro, etc. Faustinelli, Carlo Porciani y Renzo Calegari, eran 3 tipos sensacionales-. Tarquinio, escritores… ¿Umberto Eco?; él dice que no. ¿Síndrome Fred Harman?
Dami veneraba a José Luis Salinas y sus caballos, que tenía en grandes reproducciones a color. El N° 1 a copiar, en el estudio.
Me enviaba “Hora Cero” y “Frontera”, la mejor persona que conocí en mi vida. Cuando vio a Arturo Pérez Del Castillo, Alberto Breccia, Carlos Roume, Ugo Pratt, Moliterni, Colonesse, Josecito Muñoz, et. Dami alucinaba. Ya regresaba a Bs. As., y me pidió que me pusiera en contacto con ellos y ser su agente en futuros trabajos, para Inglaterra.
Lo rechacé, diciéndole que no podía vivir de parásito de mis colegas. Lo hizo alguien de Columba. Años después me di cuenta que fue un error. Pudo perderse una importantísima fuente de trabajo.
Hice un mono, ya con caja y páginas adjudicadas. La columna vertebral del com,ienzo fue Eugenio Zoppi, proponiéndome ideas y soluciones. La parte técnica fue de Ricardo Mainardi –ex compañero del diario “Democracia”–, experto en artes gráficas. Al revés de lo habitual, llevé de secretaria a mi mujer. Voz agradable en el teléfono, universitaria, debía controlar todo adonde yo llegaba.
Cobraron sus sueldos estipulados en el convenio de Prensa. Recibí un viático de 150, como anticipo. Algún director ganaba 700… ¿pesos, australes, patacones, rupias, dólares…? No lo recuerdo, camino los ’80. Estoy en la cárcel, desde hace 5 años. Tampoco puedo averiguarlo.
Fui hablando del proyecto con la gente más próxima, en la calle, el bar, la A.D.A. Allí les dije a todos cuál es el ofrecimiento. A raíz de mi gestión, luego se juntaron los humoristas y fueron con su proposición a la empresa, a raíz de lo cual apareció “Mengano”. Los más cercanos trajeron a otros, formándose un núcleo. Todos arrimaron ideas, se discutieron, con pros y contras. Con alegría contenida.
Habían puesto “el hombro” demasiadas veces, inútilmente.
Traté de que lo comprendieran en la empresa.
Un día, don Julio me dijo: ¡Usted va a ser nuestro nuevo G. F.! –¡No, gracias!, le dije sonriendo. Con buenos modales y tanques –qué diría hacha, lo argumenté.
Somos creativos produciendo originales, que se pagan mal, tarde y a veces, nunca. Las editoriales republican nuestros trabajos, una y otra vez. Incluso como portadas, libros, etc. ¡Somos la plusvalía al infinito!
También venden copias de estas páginas a países del exterior. A toda Europa. Se enriquecen las editoriales, compran veleros los intermediarios y nosotros –los padres de la criatura– continuamos en zapatillas.
¡Queremos que nos den un poco más del dinero que nosotros mismos nos ganamos! Queremos cobrar un Copyright, intentar una Cooperativa.
¡No quiero ser G. F.! Ni tener 37 trajes y 5 autos, porque ni puedo ponérmelos todos, ni conducirlos todos al mismo tiempo. Quiero que cada uno de los 30 que trabajan conmigo, puedan comprarse una bicicleta.
Me miraron como si fuese de ¡Mars Attack!
La Cooperativa, que la hiciéramos entre nosotros, si queríamos. Ellos nos darían un 40% de copyright, por ventas al exterior.
United Press International New York me ofreció el 50% de las ventas de mis trabajos de astronáutica. Lo ofrecían, vendían y cobraban, y me traían el dinero.
Todas las editoriales nuestras nos daban el 0%. Uno me republicó 18 veces un trabajo. Incluso como tapa. Hice un muleco con su cara, le clavé alfileres, le tiraba dardos y… ¡¡se murió!! Pero tenía un hijo que salió igual. ¡Que se lo pregunten a Musuracca!
Dicen que Quino recién pudo ser Quino cuando llegó a Europa por su cuenta.

  • Felipe y equipo “REBROTE”. Soy Meier, ¡mucho gusto! Hagamos de cuenta que estamos en la mesa de un bar. ¿Existe “La Paz” todavía?
Reí mucho al leer que había declarado que la nuestra fue una revista en defensa propia.
La esencia de la revista, su alma, su parte visceral, la pusieron los escritores. El resto acompañábamos. Ellos se encontraban por primera vez , no con un director-empresario castrador y avaro, sino con sus compañeros de siempre, quienes les decían, riéndose: –¡Escribí lo que se te dé la gana! ¡La Historieta te absolverá! ¡¡Y lo hicieron!!
En especial Morhain y Mandrini, quienes más estuvieron al pie del cañón. Morhain no sólo fue “el padre” del título. Aportó con su serie una nueva versión de la Conquista de América, nuestra Patria Grande. La voz de los que sufrieron, su parte reivindicativa, sus mitos, desde un ángulo muy original.
No existían demasiadas referencias importantes sobre el tema, a excepción de aquella magnífica serie aparecida en “Life”.
Notable acierto inicial con el gran Lito, afianzado después con un Mandra que pasaba con su talento de promesa a realidad.

Luego de concurrir al Salón Anual de Barcelona ¿1993 – 1994? realicé la obligada vuelta dominical por la Ronda de San Pedro. Una plazoleta donde se reunían los libreros con sus ofertas.
Se exponía una colección de libros estupendamente encuadernados, con 18 temas referentes a la mitología americana, ilustrados –cómo no– por nuestro Lito, Alberto Breccia y otros brillantes talentos de la ilustración.
¡¡Morhain, 20 años después!!
¡Qué pudimos y debimos hacer nosotros! ¡Teníamos las ideas, la gente, el taller…! Lo hizo Planeta Agostini (creo)
Llevo 23 años sin ver nada de aquello, nunca pude volver. Zoppi me envió un ejemplar de cada número a través de un familiar. Ni me lo dijo, ni entregó. Esa descripción tan eficiente de las secciones de la revista que efectuaron Uds. me permitió recordarlo, levantar el bajoneo, y volar, como si hubiese tomado Red Bull.
Aunque apenas pueda verlo.
Ciego absoluto del ojo izq., y casi del der., por cataratas –desatendidas– escribir resulta penoso, dibujar imposible. Estos blogs de Uds. fueron para mí una resurrección.
Aunque ideológicamente hablando, tampoco era para tanto.” (1 de 6 – 6 de 14)
¡Exacto! Nunca cometimos el error de hablar de política en la redacción. Convivían todas las ideas, incluso ninguna. Igual que en el resto de la ciudadanía. Creábamos una nueva fuente de trabajo, en mejores condiciones. No pasamos de burgueses reformistas.
Incluso, alguien que dedicó más tiempo, preguntó algo razonable. Si podía recibir dinero extra, por ello. Con la mayor delicadeza le respondí que quizás sí, pero nos convertíamos en patrones, traicionando la propuesta. Y –en ese caso– mejor apagábamos la luz y vámosnos. Lo comprendió.
Ñas casualidades son como las brujas. ¡Las hay! Fui boy scout. En los desfiles, el maestro tenía un gran amigo. Lo encontré en el tren, Retiro… ¡30 años después!
–¿Cómo le va, maestro M.?–
Cuando se repuso de la taquicardia, dijo: –¿¿Ud. está en esa editorial…?? ¡Trabajé muchos años con Julio! ¿No vio en la dirección, los percheros con la flor de lys?–
Vitalicio de Gimnasia y Esgrima de Bs. As., camino desnudo hacia las duchas y nos saludamos con otro desnudo, de los 100 que había. Me detuve, volviéndome. El otro también lo hizo. Se acercó, riéndose. Le dije –¡es que siempre nos vimos vestidos!–
¡No era uno más de los 45.000 socios, sino el ejecutivo más importante de la empresa! ¡Ingresó en ella, desde el comienzo…
Historias que se agregaban, al nuevo director extranjero le pareció que sobraban empleados. ¡Despidió 1.000!
(¡¡El osito!! ¿¿Dónde dejé el osito??)

Costó mucho reunir las páginas de las series. Un favor personal –de amigos– que nunca me cansé de agradecer. En especial a Macagno, Mandrafina, Olivera, Dalfiume, Merel, Lito. Tapados de trabajo, robaron horas a su descanso para cumplir, aportando lo mejor de sí ¡A ellos les costó más sacrificio parir la revista!
Gratifica hoy que, si bien no logramos el éxito en aquel intento, permanece el buen recuerdo que quedó de nuestra revista y sus autores, reuniéndonos, en la memoria de todos, gracias al trabajo de Uds.
Propuse biografías con foto. Los famosos del género siempre tenían prensa –totalmente merecida– aunque muy distante de la que brindaba Francia a Moebius.
La nuestra era una reivindicación de todos aquellos que hicieron las revistas ¡siempre! “¡Esos magníficos secundarios!”, les dicen en Hollywood. Hacerles una nota ¡en vida! sólo era justicia.
Vilar, Lito, Dalfiume, Merel… ¡todos!

Dijo mi amigo que había visto las necrológicas de Merel en diarios de Bs. As. Quizás set. 2009. En la cárcel de Fontcalent, Alicante (ag. 2007) estuve 15 meses aislado absolutamente, ninguna visita, una amnesia inicial me lo puso peor, hasta que él y la esposa me encontraron.
Salí en los diarios como si fuese Charles Manson, por una simple pelea conyugal, un forcejeo breve a oscuras, donde no hubo daños críticos, muy graves o graves, sino ambos con lesiones, como consta en documentos jurídicos.
Previo al desastre familiar, nuestra hija envió desde Alemania aquella foto de Yahoo! con Dolz, Merel, Barragán y Massaroli. Él me trajo aquella foto Wikipedia agregada. ¡Fue como volver de la muerte! Con esa única foto en la celda, ellos me acompañaron muchos días difíciles ¡Aquí sabemos –como nadie– quién es quién en nuestra vida! ¡Y en la suya!

Imposible recordar cuánto se pagó. Fue standard. Obtuve que se pagara contra entrega ¡Dinero ya es más! con inflación. Uno cobró 4 números adelantados, por algo breve. La nueva fuente de trabajo quizás subiera precios. Sólo podía prometer una zanahoria tan lejana.

¡La empresa “nunca puede”! ¡Nosotros sí, porque no somos empresa!, me dijo Roume, sonriendo, con quien nos conocíamos de siempre. Las mismas palabras escuché de Oesterheld. Con ambos más adelante… sufridos veteranos con múltiples cicatrices, veíamos la vaca y llorábamos.

“¡La empresa no puede aumentarle el precio del trabajo! Podemos darle más páginas, si está necesitado…” Me lo contaba Jorge Pérez del Castillo y 50 más ¡Comenzábamos con u$s 75 la página y 4 años después eran u$s 4! 26 Hs. por día en el tablero ¡hasta el surmenage!

Algún domingo de sol llegaba a casa de un famosísimo amigo. La mujer salía a decirme que no estaba. Al alejarme, aparecía y me llamaba, avergonzado. ¡Le digo a mi mujer que diga que no estoy, porque mañana tengo que entregar!

Recuerdo a una mujer –muy de nosotros–, excelente letrista, contar que mientras en la habitación de al lado velaban al padre ella terminaba las letras en las páginas que debía entregar al día siguiente.
¡Black Hole de los que nadie habla! Ni triunfadores, ni perdedores,

Con Villagrán, en una editorial y De la María en otra…, ¿quién hacía las portadas? Nadie tenía tiempo. Zoppi y algún otro me animaron: ¡mejorá la del mono y palante!
Debíamos solucionar el problema del reducido tamaño. Competir en un kiosco multicolor, para no resultar desaparecidos en combate.
Presenté una portada con fuerte título condensado más una figura en color –recortada– contra un maravilloso blanco que la aislaba, despegándola totalmente del resto.
El Dr. me dijo: –¿Con lo caro que sale el centímetro de color y Ud. lo va a malgastar con blanco…?–
¡Así lo gramos una portada invisible, vulgar, como el resto! Influyó definitivamente en mi decisión sobre las 3 portadas siguientes –con motivos interiores– eliminar el ilustrador de portadas y quitarnos la presión que significa entregar los 4 primeros números, completos. Nadie cobró portadas.
Mantuve los blancos potenciados con pequeños cálidos que daban autenticidad técnica a la ilustración, jugando con lo que se sabía hasta ese momento.
En oct. 1967, inicié una sección diaria en Clarín con gráficos y escritos sobre astronáutica. Luego llegó La Razón, la página científica de La Prensa, La Nación, Gente, etc. Esto me daba autoridad para incluir una página sobre el tema, en nuestra publicación.
Recibía de la NASA boletines científicos y de prensa, NASA Facts, Press Kit y 30 hojas semanales de escritos, fotos. En United Press International Bs. As., en la central, Nueva York, encontraron que mi trabajo de Clarín era el primero de ese tipo en la prensa del mundo.
También recibía información sobre el tema en consulados y embajadas: URSS, Tass Novosti, USA, Gran Bretaña, Francia, Austria, Alemania, etc., para Precursores de la Astronáutica.
¿Director? Sólo en lo burocrático. Pagos, entregas, etc. Los junté, les puse la camiseta y les dije ¡¡Salgan a la cancha y píntenles la cara!!
¿Qué otra cosa podía decirles a gente de ese nivel?
El afiche de promoción en todas las carteleras de Buenos Aires quedó –efectivamente– espectacular. El blanco, aquí con cucharón, lo destacaba nítidamente sobre los muros grises y altos árboles primaverales, como ocurría en la plaza de mi infancia, San Martín. Tomamos bastantes fotos. ¡¡Que se perdieron, como lágrimas en la lluvia!!
Cuando me enteré por terceros el volumen de la tirada me pareció una obscenidad. 10.000 ejemplares –o 20.000 a lo sumo– hubiese estado bien.
Pero… ¿quién se lo discutía a don Julio. un exitoso triunfador de múltiples publicaciones? Fue un desastre anunciado. Lo nuestro era una apuesta de fondo, modesta, 6 meses como mínimo, hasta conocer nuestras ventas exteriores –fiables– de Latinoamérica, Europa, etc.

Finalmente parimos –con fórceps– casi con la extremaunción. Recibí elogios. Vestidos de burlas. ¿Competidores? ¿Envidias? Un ex director, de “oscuro poncho”, me insultó delante de todos, parapetado tras sus lentes, su pequeña estatura, su vulnerabilidad, su edad.
Soltarle una cachetada, hubiese sido una cobardía, una falta de responsabilidad. Hoy, 25-08-2012, me arrepiento una vez más de no haberlo hecho.

Ya con cifras de ventas, el “Titanic” escorado, incluso Emilio Morales, molesto –también era su apuesta– sentenció, educado, lapidario, filosófico: “que yo había hecho la revista que todos hubiéramos querido hacer…pero ¡no!”
Eso de que “todos” me pareció exagerado. Fue la que nos salió, la que pudimos, la que nos dejaron hacer. Me preparé para el sermón: “he visto rayos C brillar cerca de la puerta Tannhäuser…”
¡Pero no lo dijo! ¡Buen chico!

Me di cuenta que, incluso Emilio, cultísimo director de arte de la empresa periodística más importante del país, con vasta experiencia… ¿confundía géneros!
No se trataba de una revista de actualidad, donde el galán de turno aparecía subrepticiamente en una foto de portada con una mano en el pectoral desnudo de la inmaculada esposa del ministro… ¡¡que se vende como churros!!

Cuando tratábamos de aprender a dibujar con Fito Zalla, casi de pibes, y con Idelba (¡un beso!) llegó Patoruzito. ¡Espectacular, Alex Raymond, Bruno Premiani, Emilio Cortinas, Raúl Roux, Alberto Breccia, Jorge Pérez Del Castillo, Tilio Lobato… del cual recién se comenzó a hablar después del N° 10… ¡
¡Y eso, entre nosotros!

El soporte del siguiente éxito fue el genial Oesterheld, rodeado de maestros y acompañantes. Cuando la historia es buena y está bien contada… ¡no hay perdedores!
También había llegado una intrusa. ¡La TV!

¿Por qué nosotros –tan chiquitos y desnuditos– debíamos “matar” desde el primer número vendiendo 80.000 ejemplares?
En medio de los augures del desastre –ya subiríamos a nivel lógico– pensaba en nuestra proyección. Había en Bs. As. 100 personas de nivel internacional. Algunos trabajaban en películas de Hanna Barbera.
¿Cuántas nuevas fuentes de trabajo llegaríamos a tener? ¿Qué evolución, con las nuevas tecnologías? ¿Qué seríamos hoy?

Abochornado perdedor, hundido, continué como un pollo sin cabeza, esperando el “killer”. Trascendió que pasaríamos al doble de tamaño. (¿¿Cómo?? ¿¿No era que todo estaba tan mal??)
¿También les flamearon las piernas, ante un hecho inexplicable. ¿Cómo esta revista perdedora obtenía más publicidad paga en los números 3 y 4?
No conocía al “killer”. Sería el portero, o el que sería café. Tampoco recuerdo lo que me dijo.

Manteniendo la coherencia, la empresa realizó otro cálculo erróneo. La revista no era así por las hormonas del director, sino por las hormonas de todos, ya que cada uno era el director.
También ignoraban que ese trabajo fue un favor personal. Todos tenían más trabajo del que podían realizar, a igual o mejor precio, inmediato.
Asimismo, ¡nadie creyó nunca que fuera a funcionar! ¡¡Ni siquiera cuando ya estábamos en la calle!! Fue como un billete de Navidad. ¿No va a salir premiado, pero hay que comprar uno!
Y –por supuesto– yo mantenía informada a toda la gente de lo que ocurría. Aquel tren en Retiro, aquel vestuario de GEBA, significaron una semblanza total de nuestro futuro.
Y el éxito… ¡me lo había prestado Clark Kent!

Morhain tuvo otra gran idea. Hacer un asado en sus pagos, para festejar la salida, ayudado por su hermano dibujante y la gente de allí ¡Inolvidable día de vino y amigos! Quedaron muchas fotos de recuerdo. Se pagó a duras penas con el sueldo de mi mujer, el adelanto y algún otro que ayudó. ¡La empresa nunca me adjudicó una cuenta para gastos! No autorizaba los pagos, que se cobraban en el Banco, directamente de la cuenta de la empresa. (Con el leve cobro adelantado me jugué la vida. Menos mal que cumplió)
–¡Quién te hizo “esto”…? ¡Tu adelanto de 150 está considerado como sueldo completo de director! Cobrarán más la secretaria y el diagramador, que vos…!–
Me lo dijo el abogado de Prensa M. E. al iniciar el juicio por despido. Lo redactó un amigo de toda la vida, tan honesto como ingenuo. ¡Gran error mío! Fui el único perjudicado.
¡Difíciles días, aquellos días! Mi mujer embarazada dejó la Universidad y salió a trabajar. Nos desalojaron del depto. en Luis María Drago. (Recordé a Steve Reeves y Bill Pearl) ¡Nadie nos alquilaba! Jeans, libros, pelo largo, barba, mujer embarazada… ¡Con la bebita todavía peor!
Lo recordé cuando vi “Kamchatka”.

Fuimos a la casa de mi madre, Hurlingham. Un vecino nuevo –que no me conocía– nos denunció. ¡¡Nos allanaron, fusiles y pistolas ametralladoras en el pecho!! Nos vimos muertos…
Después, el nene entró un día corriendo: ¡¡Papi!! ¡¡Por la esquina están pasando tanques!! (Los de Seineldín) ¡Los estaba viendo pasar desde los 10 años! 4 de junio de 1943. ¡¡Hoy todo ha pasado / renacen las plantas / un himno a la vida…!!

Hoy es el Día del Dibujante en la Argentina. ¡Hoy es tu día, Enrique!  
¡Un gran abrazo desde Buenos Aires a través del mar, de las rejas, de los años, querido Enrique Meier, Amigo!


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