Poco después, luego de la presentación de la revista Chamuyando, creada por el marplatense El Pybe, que está dedicada al humor tanguero, y donde sale una página de Orquídeo Maidana, mi personaje, tuvo lugar la mesa redonda que me llevó al festival, gracias a la generosa hospitalidad de sus organizadores.
El tema: La Vuelta de Obligado (nuestro libro) y la vuelta de la historieta histórica nacional. Una pasión que nos une a los que conformamos la mesa: Felipe Ávila, co-autor del libro, Jorge Claudio Morhain, guionista de extensa y meritoria trayectoria, y la historiadora Liliana Navarro Ibarra, joven pero seria y aguda docente de una sólida formación profesional.
Navarro Ibarra, Massaroli, Ávila y Morhain
Luego de la charla, el reencuentro con los amigso de siempre, los abrazos, las preguntas de los muchos interesados en nuestra historia y nuestra historieta, los libros, las firmas, las dedicatorias, lo más lindo de estas cosas que empiezan siendo formales y terminan alegremente en una fiesta de la amistad.
Poco a poco habían ido llegando los amigos. Aquí, mis dos pasadores a
tinta en los trabajos para Disney, Rubén Torreiro Raúl Barbero.
Torreiro, Ramón Gil, Rubén Galusso, Silvestre Szilagyi y Ávila
Finalmente, hora de partir rumbo a un bar cercano, tras larga deliberación en la vereda, que iba llenándose de fervorosos asistentes al encuentro, que no encontraban lugar adentro y salían a tomnar aire y extendiendo así el evneto a las veredas aledañas.
Atrás dejábamos el festival cada vez más burbujeante, pleno de comics, historietas, y cada vez más gente, más gente...
Por allí andaba el amigo Max Vadalá, ineludible referente del punk comic, a quien conocí en Concordia, Oscar Capristo llegaba en busca de su merecido reconocimiento a su trayectoria junto a Claudio Kappel, Gustavo Lucero y Oenlao atendían sus stands, mientras Andrés Accorsi hacía lo mismo en la mesa de Districomix, donde campeaba un ejemplar de mi Milonga de Orquídeo Maidana y otro de Juan Moreira entre muchos otros. El Pybe y la Colorada Majo, hacedores de Chamuyando se entreveraban con los asistentes y se presentaba en sociedad Arturo Moreno, poseedor de una larga trayectoria como ayudante de varios artistas y en la revista Fitito, a quien conocimos recién allí, mientras el cordobés Pito Campos dibujaba en la vereda. Las empanadas y la cerveza no escaseaban, lo que sin duda contribuía al buen ánimo general.
Largo tiempo pasamos en el bar. Una idea rondaba: la creación de un grupo de cultores de la historieta histórica nacional de Buenos Aires y alrededores... El tiempo dirá si se concreta, pero el entusiasmo y las ganas de trabajar por una narrativa "de acá", como propuso Morhain, eran muy fuertes. Se sentía latir una vibración "fundacional", al decir de Ávila.
Torreiro, Massaroli, Gil, Szilagyi, Tempesta y Bukavec, entre algunos que quedaron ocultos, tramando futuras acciones por el futuro de nuestra querida historieta nacional.
En la calle Riglos, DIBUJADOS bullía de gente; allí, al día siguiente, nuestro amigo Oenlao presentaría su libro Tehuelches, coincidente en la misma dirección hacia una historieta que abreve en nuestra propia historia. Desde aquí, nuestro profundo reconocimiento a la generosidad y permanente buena disposición de los amigos Luis Roldán (Lubrio), Mauro Serafini y El Gory, talentosos e incansables organizadores de un festival que no para de crecer.
Hasta el próximo DIBUJADOS, muchas gracias!!!
¡Gran aporte a la cultura,los felicito!!!!!Martha
ResponderEliminarMuchas gracias, Martha!!!
ResponderEliminarA ver cuándo hacemos una charla juntos, eh? qué te parece? =)