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martes, 22 de agosto de 2017

1977 - 3 X la Ley - Oesterheld - Columba - 40 años

A mediados de 1976, en la Editorial Columba, cuando Lito Fernández retoma Dennis Martin tras una corta ausencia en que el personaje quedó a mi cargo,, al mismo tiempo Rubén Marchionne abandonaba su serie 3 X la Ley, que se publicaba en la revista Fantasía, para encarar el que sería su mayor éxito en la editorial: Dax, con guiones de Robin Wood. Una vez más, Columba confió en mi la continuación de una serie. Debo haber dibujado unos 10 o 12 episodios, casi todos escritos por Héctor G. Oesterheld. Cuando se terminaron los del creador de El Eternauta, que había partido hacia la editorial Record hacía un tiempo (y hacia un destino aciago, pero eso lo sabría mucho tiempo después), dibujé los dos o tres últimos, con la firma de Guillermo Sacomanno, a comienzos de 1977, hace ya 40 años largos.


Sin embargo, sólo se publicaron, que yo sepa, los dos primeros episodios, a comienzos de 1977. Se juntaron varias cosas, creo. Una, es que a esta altura de mi colaboración con Columba, ya se me estaba haciendo cuesta arriba la tarea de imitar, aunque fuera a mi querido maestro, Lito, y ahora, además, me tocaba imitar a otro dibujante; ya me estaba pareciendo que era hora de desarrollar mi propio estilo y eso era lo que, paso a paso, episodio a episodio,venía haciendo. Al publicarse los primeros episodios de 3 X la Ley quedó a las claras que yo no estaba imitando a Marchionne y la editorial me conminó a volver a la "buena senda", cosa que ya no podía ni quería hacer.

Héctor Oesterheld en la época en que lo conocí.

También puede haber influido que eran tiempos políticamente muy difíciles, y a mí no se me ocurrió mejor idea, en este episodio, el segundo de la serie, que dibujar como protagonistas principales al recientemente asesinado Ringo Bonavena y (¡peor todavía!) al tristemente célebre ex-ministro José López Rega, de siniestra fama. Es probable que al verlos en la historieta a más de un directivo se le hayan parado los pelos y me haya bajado el pulgar...

 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

 Debo agradecer también esto a Columba: los dos años en que trabajé para la editorial y sus dibujantes, las lecciones del jefe de arte Antonio Presa, la estrecha colaboración con Fernández y Medrano, fueron mi principal escuela en este duro y maravilloso oficio. Si me hubiera quedado, copiando infinitamente estilos ajenos, como les ocurrió a otros colegas, nunca hubiera podido desarrollar el mío propio. Por lo tanto, aunque fue duro en un primer momento, este "empujoncito", esta salida "a la calle", me permitió ir encontrando, finalmente, mi propia personalidad artística, tras desarrollar toda clase de trabajos distintos dentro, siempre, del mundo del dibujo. Mi mundo.

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