El libro que el gran Héctor Torino se merecía salió a la luz

Como sorpresa de fin de año llegó este impresionante libro, "El Navegante de la imaginación", sobre la vida y obra del gran Héctor L. Torino. 920 páginas de ilustraciones y fotos inéditas, con la historia de su vida y el análisis de cada una de sus obras y de su carrera. 

Escrito con una pasión  y una calidad inusitadas en el medio por Luis Del Pópolo, el libro es una verdadera enciclopedia sobre el creador del mítico personaje Don Nicola y tantos otros como Barrabás el Insecto Galerudo, la Barra de Pascualín, el Mago Fun-Yi-To, etc. Una gran cantidad de desinteresados colaboradores aportó lo suyo a esta enorme biografía ampliamente ilustrada, desde el sobrino nieto de Torino, Gustavo Middelhoff hasta historietistas, lectores, coleccionistas e historiadores.

Con Luis, en 2019, cuando charlábamos sobre este bello sueño que recién ahora se hace realidad

Con Luis, la noche del 5 de enero en el barrio que ambos habitamos, Flores, cuando me hace entrega de su monumental obra. No pude menos que intentar corresponderle mínimamente con un incunable: un ejemplar de mi primer libro, el Orquídeo Maidana un Guapo del 2000, de 1997.

 

Ha sido para mí un gran gusto y un honor muy grande que Luis me haya convocado a colaborar con un texto sobre este gran artista al que tuve el privilegio de conocer y compartir con él jornadas de trabajo inolvidables en el estudio de Jaime Díaz, allá ´por 1986. Siempre lo admiré, y sus personajes formaron parte del paisaje historietístico dentro del que me crié; nunca los perdí de vista y sobre todo Don Nicola, representación genuina e insuperable del inmigrante italiano devenido en dueño de conventillo, se encuentran entre los que más amo. Algo de eso traté de reflejar en mis breves líneas que Luis tuvo la enorme generosidad de colocar al comienzo mismo  del libro, a manera de prólogo.

Foto con Torino y Carlos Leopardi tomada en el estudio de Jaime Díaz en 1986, que aparece en el libro, con mejor definición. Un testimonio muy querido de los días que compartimos en aquel gran estudio de la calle Perú, donde el otrora editor de hasta ¡14 revistas! había vuelto a ser un "dibujante de a pie" que necesitaba ganarse el pan como todos nosotros, sin perder un ápice de su ánimo afable, humilde, su cordialidad, camaradería y buen humor

¡Muchísimas gracias, Luis del Popolo, vecino y amigo, por esta obra necesaria y definitiva sobre un gigante olvidado de nuestra historieta! ¡Les deseo a la obra y al autor toda la buena fortuna que se han ganado "por prepotencia de trabajo", como diría otro vecino de Flores!