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lunes, 14 de diciembre de 2020

Los 50 años del Estudio Géminis

A fines de 1970, hace ya la friolera de... ¡medio siglo!, cuatro entusiastas estudiantes del curso de Alberto Breccia en el IDA, decidían fundar un espacio que haría historia: el Estudio Géminis, como luego se lo conoció, aunque por mucho tiempo fue, simplemente, "La Oficina". He aquí el relato de una epopeya historietística que duró 24 años.

 
 Video sobre Géminis realizado en 2008. 

AFines de 1970. Alberto Breccia ha decidido abandonar el IDA, donde viene dando un curso de historieta del que salieron capos como Lito Fernández, Mandrafina, Macagno, y muchos talentos más. Sugiere a sus alumnos que no se desperdiguen, que si consiguen un lugar apropiado, él seguirá con las clases.


1970. Despedida de soltero de Enrique Breccia en el IDA: entre los alumnos se ve a Alberto Breccia, Rubén Villarreal, Julio Dolz, Silvestre Szilagyi, Carlos García Lamas y Gaspar González

Pasado el entusiasmo inicial de la mayoría, un pequeño grupo siguió delante con la idea: Gaspar González, Silvestre (Frank) Szilagyi, Pancho Camet y Andrés García Lamas. Consiguieron alquilar una oficina en una galería del barrio de Once. Había nacido el Estudio Géminis. Era diciembre de 1970. Hace 50 años.

 
 Diciembre de 2010: Los autores, Frank y Gaspar, comentando los originales de su primer historieta,  publicada en Patoruzito, 40 años atrás

Así comenzó una experiencia única en el mundo de la historieta argentina: un grupo abierto de dibujantes trabajando juntos, cada unos con lo suyo, pero compartiendo muchas veces sus trabajos, encarando proyectos mancomunadamente, dando y recibiendo consejos, transmitiendo noticias, experiencias, datos. Se había creado mucho más que un estudio: una forma de vida; bohemia, aventurera, apasionada, basada mucho más en el amor por la profesión que por el dinero o la fama.

Szilagyi, Torre Repiso, Gaspar, y el infaltable mate

 
"Refugio de creadores" lo llamó Gaspar. Así funcionaba La Oficina, como la nombrábamos familiarmente: un dibujante necesitaba un espacio para trabajar y Géminis le abría las puertas. Un dibujante andaba por el centro con ganas de ver a los colegas y tomarse unos mates y Géminis lo recibía. ¡Si hasta había quien venía con la única consigna de jugar una partida de ajedrez!

Villarreal, Torre Repiso y Gaspar.

Unos socios  se iban y otros los reemplazaban; así fueron llegando Carlos Barragán, Rubén Villarreal, Hernán Torre Repiso (Yacaré), Horacio Merel,  Carlos Leopardi, Gerardo Canelo, Ramón Gil,   Alberto Caliva, Angelito Fernández, Edilio Bustos, Huadi... sin contar la legión de amigos que nos visitaban y a veces se instalaban y se ponían a trabajar:  Sergio Mulko, Jorge Gemelli, Stella Maris Fusé, Noemí Noel, Horacio Meier, Miguel Prystupa, Victor Braxator (Mannken), MorganDouglas WrightPeni, Rubén Meriggi, Walter Alarcón, Diego Navarro, Ana Favazza, Carlos Della BiancaJuaroPedro Santillán...

 Tira de Las 24 horas de Le Mans, dibujada por Frank para la revista Fantasía, de Columba, donde aparecen Fusé, Gaspar, Mannken, Marchionne, Gil, Mulko, Leopardi, Gemelli, Pancho, Huadi, Massaroli, chicas amigas y el mismo Szilagyi

Algunas celebridades tuvieron sus primeras lecciones dentro de las verdes paredes de la OficinaMiguel Rep y Jorge Zaffino entrre ellos, fueron guiados generosamente por Szilagyi, Torre Repiso, Gaspar y otros socios que no dudaban en compartir conocimientos y datos con los jóvenes aspirantes al éxito.

1977. Tarjeta de fin de año realizada por Gaspar

Y un día llegué yo. Conocí a Frank y a Gaspar cuando empecé a trabajar con Lito Fernández, a comienzos de 1975, y al poco tiempo ya me habían invitado a visitarlos. Un día me decidí y cuando la puerta de aquella oficina del noveno piso de la Galería Azul  se abrió, me encontré sentado en el piso a Frank, dibujando con el tablero sobre las rodillas, porque ya no cabía más gente; ahí estaban los "titulares" y un par de visitantes: Meier y Prystupa. Me sentí muy bien; ignoraba que pronto yo sería uno más entre ellos.

1984. Pancho y Gil en una interminable partida de ajedrez, Fernández, Mulko, Massaroli, Caliva y Merel.

Sin embargo, pasaron años antes de que eso ocurriera. Fue en 1981, cuando regresé a Buenos Aires sin dinero, trabajo ni alojamiento. Y Géminis fue donde me dieron la mano que necesitaba, donde pude trabajar sin que nadie me reclamara un alquiler hasta que mis cosas se encarrilaron nuevamente; donde tuve una base para moverme en busca de trabajo. En aquellos tiempos, los socios eran sólo Gaspar y Merel, más  Ramón Gil como invitado permanente. Supe que había encontrado "un lugar en el mundo".


 Allí dibujé en 1982 una historieta que ha permanecido inédita hasta ahora, donde se ve a sus alegres moradores en plena actividad, caricaturizados, claro, recibiendo la inesperada visita de uno de mis personajes más queridos, el guapo que yo dibujaba allí mismo por ese entonces. Ver la historieta completa y más detalles en La Esquina de Orquídeo Maidana.

1985. Gil, Massaroli, Caliva y Gaspar

Me quedé como socio unos cinco años. Inolvidables. Gil se asoció junto conmigo, y luego se agregaron Alberto Caliva, Angelito Fernández (homónimo de Lito)Bustos... Nos visitaban Mulko con sus páginas de Nippur de LagashCamet, Gemelli, Meier, siempre organizando algún partido de fútbol, Barragán con sus asados, y tantos amigos... fueron días de historieta, mate, ajedrez, comer vermichellis en Pippo, en el Hogar de la Empleada, las aletas de tiburón en Credicoop... había poca plata y mucha vida, mucho dibujo, mucha bohemia.

1985.  Peni, Gil, Meriggi, el gran Pablo Pereyra, Meier, Merel y Miguel Rep

De La Oficina salían historietas para todas las editoriales del país y del exterior: Columba, Record, Mopasa, Italia, Inglatera, Estados Unidos; se ilustraban libros, se trabajaba para diarios y revistas. Allí Szilagyi dibujó el primer guión de Ricardo FerrariLos 7 días del coyote, para Skorpio;  allí Merel dibujaba el Cabo Savino y Álamo Jim, Leopardi dejaba tuerto a Nippur en páginas de antología, Caliva navegaba por la Malasia con Sandokan y yo fatigaba los Encuentros Cercanos de Ferrari, todo para Columba; allí abastecíamos a la revista Caras y Caretas con historietas, chistes e ilustraciones; allí Gil creaba su Kama Fu, de "alto voltaje erótico" y Huadi daba vida a sus Carpinchitos; allí nacieron Orquídeo Maidana y Juan Moreira, allí dibujamos Rambo con Gil y Gaspar, allí produjimos cientos de layouts para Hanna-Barbera como colaboradores de Jaime Díaz Producciones, y  más, mucho más...

1986. Con Jesús Balbi, Mulko y Caliva en el estudio Jaime Díaz

1986. Con el gran Héctor Torino y Carlitos Leopardi, en "lo de Jaime".

 Mediados de los 80s, con Angelito Fernández y Bustos

 Fines de los 80s. En Géminis, con Gil, Diego Navarro, Ana Favazza, Fernández y Merel

Fines de los '80s: Massaroli, Merel, Canelo, Dolz, Meier, Eugenio Zoppi, Pereyra y Barragán en Ferro  

 1990. Con Pancho Camet y Gaspar, trabajando en una película para Jaime Díaz

En los 90's, como tantas cosas en nuestro país, la estrella del estudio se fue apagando: cerraban las editoriales, cada uno empezaba a salvarse por su cuenta, crecíamos, nos casábamos, teníamos hijos, nos mudábamos, nos íbamos alejando poco a poco y finalmente, en 1994, Gaspar comprendió que había llegado el momento de cerrar La Oficina; ya no cumplía la función para la que había sido creada. Fueron 23 años.

1999. Con Frank y  Villarreal durante su primera visita desde que se marchó a Italia

2005. Con Mulko y Frank en ´Morón, durante el festival Frontera

 2005. Con Gil y Mulko en Las Grutas,  junto a  Beto Noy, el creador de Los Grutynos

2008. Caliva, Szilagyi, Gil, Mulko, Gemelli y Gaspar

2009. Brindando con Gaspar, Gemelli, Villarreal y Frank

2009. En mi estudio, con Merel y Gaspar

Aquí parecería que termina esta historia. pero no. Misteriosamente, el espíritu de Géminis permanece. incesante: nos seguimos viendo, seguimos contándonos la infinitas anécdotas de aquellos tiempos, embellecidas por la nostalgia. El tiempo nos fue aclarando lo que realmente había significado Géminis en nuestras vidas: una hermandad.

 2010. Bustos, Gaspar, Massaroli y Gil en la casa de San Juan

 2010. Con Torre Repiso y Caliva, festejando el Día del Dibujante

Así es como llegamos al 50 aniversario de la creación de algo que fue mucho más que un lugar. Una filosofía de vida, una mística; o también, para no ser tan solemnes: un "falansterio", como ironizaba Merel.

2014: Con Frank Szilagyi y Alberto Caliva, en la Biblioteca Nacional, cuando la presentación de ¡¡Facundo!!

La buena noticia es que los trabajos que no cesamos de compartir durante estos largos años con Gil, con Szilagyi, con Gaspar,  nos han dado la pauta de que la historia continúa; Géminis no murió, simplemente cambio de forma: se volvió virtual, como corresponde a la era de internet. Y entonces... ¿Quién sabe si un día de estos nos organizamos, creamos un website y fundamos el "Ciber-Géminis" o algo así, dando paso a una nueva etapa en la saga del viejo estudio? ...

2019: Reunión en el atelier de Stella Maris Fusé,  Massaroli, González, Fusé, Szilagyi y Torre Repiso

Mientras llega ese momento, nos seguimos viendo, compartiendo anécdotas y noticias. Los que quedamos, claro, porque a lo largo del tiempo lamentablemente, hemos ido perdiendo a Carlos Leopardi, Pancho Camet, Horacio Merel, Jorge Gemelli, Sergio Mulko y Angelito Fernández. ¡Que en paz descansen, queridos compañeros y amigos!


martes, 1 de diciembre de 2020

Un viejo dibujo del Diego

¡Estaba seguro que alguna vez había dibujado a Maradona!

Al fin, revolviendo entre mis muchos y viejos papeles lo encontré. Este es el dibujo que hice a fines de 1980, cuando estaba planeando viajar a Brasil y quería llevar muestras de mi trabajo para exhibir en las editoriales del país vecino. ¡Qué mejor idea que dibujar juntos a los dos más grandes del fútbol. Pelé y el Diego?


 Lo asombroso, es comprobar que ya entonces, hace la friolera de 40 años, ¡Maradona, con apenas 20, estaba siendo considerado a la altura del más grande futbolista internacional conocido hasta esa fecha: "O Rey" Pelé!

 

 



Hoy, que lloramos la partida del pibe de Fiorito, sabemos que fue el más grande de todos los tiempos; tal vez compartiendo ese lugar con Pelé y algún otro; porque a ese nivel de excelencia ya es cuestión de gustos más que de medidas. Y para los argentinos, para los tanos de Nápoles y para tantos en el mundo entero, se nos fue el último ídolo, el más grande, el más entrañable, el que le hizo los dos goles más memorables de la historia a los ingleses, el campeón del mundo, el que no cambió, el que nunca dejó de ser el Cebollita que desafiaba al mundo entero; el que lo conquistó para siempre.

Hace unos días, en el estadio de Argentinos Juniors, compartiendo el dolor del barrio que lo vio comenzar su vuelo hacia la fama 

Vaya este humilde homenaje emergido desde el túnel del tiempo, Hace unos días, cuando yo recorría las veredas del estadio de Argentinos Juniors y era testigo y partícipe del dolor de todo el pueblo del que salió este querido, inolvidable "Barrilete Cósmico", y al que siempre le fue fiel, con todo el afecto de un simple hincha de Boca y la Selección Argentina

Descansa en paz, Dieguito.

lunes, 23 de noviembre de 2020

¡Se vino la Patodemia! la nueva aventura de Orquídeo Maidana

¡No se va a ir este año tan extraño sin una buena noticia!: Vuelve Orquídeo Maidana a los senderos virtuales del ciberespacio. Vuelve con una historieta que irá desarrollándose semanalmente, tods los martes,  en el viejo y querido blog Historieta Patagónica, donde han visto la luz hasta ahora todas sus aventuras. También, los sábados siguientes, se republicará en el blog de Orquídeo

Inspírada en los sucesos que son de dominio público,  pero en alas de la fantasía más libre, sin concesiones al realismo ni a lo "políticamente corrrecto", esta historia narrará las andanzas de nuestro héroe en un mundo en el que misteriosamente, de la noche a la mañana, todos sus habitantes se han transformado en... ¡patos! Patos con un curioso parecido con los de Disney, claro.


No todo estará perdido, sin embargo, ya que Orquídeo y sus amigos pronto encontrarán la posibilidad de una insólita cura al terrible flagelo. ¡Una cura bien criolla, por cierto!

Bueno, basta de palabras, comienza la Aventura:

Página 1-a:

Hace casi tres semanas  arrancó la publicación de estas andanzas que iremos creando con toda libertad, por donde nos lleve la inspiración del momento, sin plan definido pero con un norte claro: divertirnos siempre y hacer pensar, en lo posible. Los esperamos cada martes en:

https://historietapatagonica.blogspot.com/search?q=patodemia

Y los sábados en: 

 https://esquinaorquideo.blogspot.com/

¡Continuará!

 

martes, 10 de noviembre de 2020

Recordando a Quino en el Día del Dibujante

El pasado 30 de Septiembre nos dejó para siempre el tan querido y admirado Quino, a los 88 años.

 

 Ya todo el mundo lo ha llorado, recordado y homenajeado, recorrido su obra y su vida hasta que no queda prácticamente nada nuevo que decir sobre este maravilloso artista, uno de los más grandes humoristas y dibujantes no sólo del país sino del mundo entero. 

 

Pero quiero detenerme en una pequeña coincidencia, tal vez sólo significativa para mí mismo; pero que no puedo soslayar: ese día, el 30 de Septiembre,  es el de mi cumpleaños.  No tendría ninguna importancia, si no fuera por el hecho de que Quino influyó de manera decisiva en mi carrera, y por lo tanto, en mi vida. Lo cual me lleva a pensar y pensar, sin haber llegado a una respuesta hasta ahora, pero con la seguridad de que algo hay para mí en esa rara coincidencia; un mensaje, una muestra de alguna oculta sincronicidad, al decir de Carl Jung

 

Mientras sigo tratando de develar este misterio, reproduzco aquí a manera de homenaje al Maestro, la nota que le dediqué otro Día del Dibujante, como hoy, hace siete años, en este mismo blog; una de las últimas veces que tuve el gusto de verlo con vida. En esta nota cuento de qué manera Quino me ayudó a dar mis priimeros pasos en el mundo del dibujo, tal vez los más importantes.

 

Para Quino, en el Día del Dibujante


Hoy, 10 de noviembre, celebramos una vez más el Día del Dibujante, una fecha cuyo origen se pierde en la primera mitad del siglo XX.  Quiero dedicar esta nota al primer dibujante que me recibió en su casa cuando llegué a Buenos Aires, con 18 años de edad y más ilusiones que destreza, más entusiasmo que conocimiento, desde mi pueblo natal (¡ahora es ciudad!), Villa Ramallo. Hace poco este dibujante y humorista sin igual cumplió 80 años. Sus dibujos recorren el mundo. Su nombre es Joaquín Lavado, más conocido por su seudónimo: Quino.
 
 
 Primer año en la escuela de Comercio de Villa Ramallo, cuando ya dibujaba hasta en el pupitre de madera, pero no sospechaba lo que me esperaba!

 Usted, Quino, ya era famoso en aquel año 1970, con su Mafalda revolucionando la forma de hacer humor en tiras, cuando yo cursaba el quinto año del colegio comercial. Más era lo que yo dibujaba que lo que estudiaba. Historietas, claro. Soñaba con triunfar en Buenos Aires, pero no tenía una idea clara de cómo hacerlo. Fue entonces que alguien se preocupó por mi futuro. La joven bibliotecaria del colegio, Silvia Di Bacco, no dejó de notar con qué ganas dibujaba yo en el pizarrón a pedido de la maestra alguna escena histórica, y se le ocurrió mandarle mis dibujos nada menos que a la primera figura del momento y pedirle que me aconsejara. Más de una vez, ya que usted, maestro, andaba por Italia en ese entonces. A la tercera carta, donde ya casi le tiraba la bronca, llegó la  respuesta. ¡Nunca podré agradecele bastante a Silvia este generoso gesto!

Fines de 1970. Silvia me despide del Colegio Comercial. El Futuro espera...

Su respuesta, maestro, no se hizo esperar: Que estudiara Bellas Artes, que no hiciera como usted, que empezó y dejó, y si no, que fuera a IDA, donde Breccia, Pereyra y Borissof, Famosos Artistas que habían formado parte de la Escuela Panamericana de Arte, daban clases. Me tentó mucho más la segunda opción. En las vacaciones de invierno me escapé a la gran ciudad y visité el local que alquilaba IDA en Florida al '700. Nunca olvidaré la escalinata que llevaba a un lujoso primer piso. Alli me atendió el mismísimo Alberto Breccia, quien, tras ver mis dibujos sólo dijo "¡Métale!" Y para mí fue suficiente.


Algo cambió en los meses que siguieron. Yo venía dibujando una página por día, religiosamene, de una historieta y otra y otra... siempre dentro de los límites de la historieta humorpistica infantil, como yo habia estudiado por correo en las lecciones de la Continental School. Patoruzú, Hijitus, Arturito el Justiciero, eran mis modelos. Hasta que Silvia, para mostrarme quién era Quino, me prestó un libro de Mafalda, uno de los primeros. Y todo cambió: me di cuenta que se podía hacer historieta de otra manera, expresando ideas, una visión personal del mundo, algo más que hacer reir. Por eso, usted fue mi maestro desde ese entonces aunque nunca lo supo. La última historieta que dibujé en Ramallo antes de venir a Buenos Aires, mostraba ya esos cambios: los personajes se movían en escenarios reales, actuales, entre secuestros, ambiciones y dilemas existenciales. La semilla estaba sembrada.


Al año siguiente, en marzo del '71, desembarqué en la capital y una de las primeras cosas que hice fue visitarlo, Quino, en su departamento de la calle Medrano. Usted  vio mis dibujos, fue muy amable y paciente, me prestó varias revistas Mad y me alentó a seguir adelante. Volví después de un tiempo, cuando ya estaba trabajando para pagar una habitación en un hotel, las cuotas de IDA , que se había mudado a la Galería Guemes y ya no contaba con la presencia de Breccia, y comer algo con lo que sobraba. Le devolví las revistas. usted, generosamente, encontró avances en mis trabajos, hablamos del tango, sobre todo de Julio Sosa... al despedirme, sin sospechar que era por mucho tiempo, me elogió el saquito de corderoy marrón claro que era mi uniforme en aquella época de escasez... curioso las cosas que uno recuerda y cuántas que habré olvidado, seguramente!. Pero creeo que lo que más me ayudó, fue su generosidad de brindarme algo de su valioso tiempo, el mostrarme que no era un semidios sino un tipo sencillo, tranquilo, casi común, de pocas palabras, anteojos, ya medio calvo, que podía atenderme en el living de su departamento mientras en otra habitación su mujer hablaba de cosas cotidianas con una amiga o vecina. Todo eso me dio un espaldarazo anímico muy importante. Uno de los primeros personajes que creé se llamba Rosita, sospechosamente parecida a Mafalda...

El Hotel Unión, donde pasé los primeros años en la gran ciudad

 

Pasaron muchos años. Curiosamente, nuestros caminos prácticamente no se cruzaron, salvo un par de coincidencias fugaces que no nos permitieron el diálogo. Supongo que usted ya me había olvidado, habiendo sufrido el asedio de miles de admiradores y principiantes como yo a o largo de todo ese tiempo. Y sin embargo, yo sentía que le debía una palabra de agradecimiento, por lo menos.

Con Mafalda en 2009, otro Día del dibujante como hoy, en la esquina donde nació: Chile y Defensa.

Por eso, cuando asistí a la inauguración de la muestra de Oski, hará un mes, con la certeza de que usted iba a estar y decir unas palabras junto con el curador de la muestra, mi amigo Miguel Rep, supe que el momento había llegado. No era fácil, sin embargo, porque la gente lo rodeaba, se disputaba su  proximidad, como siempre, pero finalmente logré que Miguel, con el que usted mantiene una amistad profunda, nos juntara para sacarnos unas fotos.Algo le dije pero entre mi timidez y la suya, proverbial, creo que sólo conseguí marearlo un poco más. Tenía la foto al menos, pero algo me faltaba...


Desde que publiqué mi primer libro, en 1997, con un personaje propio, Orquídeo Maidana, tuve la intención de llevarle un ejemplar, de dedicárselo, de dejarle en sus manos ese testimonio de que sus consejos habían dado algún fruto, que aquel chico al que usted orientó sin conocerlo, por carta, había dedicado su vida al dibujo... como usted, maestro!. Era como decirle: "Aquí estoy. Lo conseguí, soy un dibujante, ésta es mi obra!". a la semana siguiente tuve una nueva oportunidad, cuando se inauguró la muestra de Calé en la Biblioteca Nacional. Allí fui con la reedición de aquel libro, corregida y aumentada, publicada por La Duendes en 2012... ¡y dedicada de puño y letra!


Bueno, ¡ya está! Quino: usted tiene mi libro. Y yo tengo el grato recuerdo de este momento en que el alumno al fin le pudo dar las gracias al Guía, al Mentor, al Maestro. Al Dibujante. tal vez el más grande de los creadores del humor gráfico en la Argentina y el mundo. El padre de Mafalda... no hace falta decir nada más... ¿o sí?...

 Una pena enorme, recuerdos imprecederos que me aconpañarán por siempre, una admiración sin límites y un afecto intraducible en palabras, es lo que puedo consignar en esta despedida al hombre. No a su obra, que por suerte para los argentinos, será siempre parte fundamental de nuestra cultura , de la cultura de la Patria Grande y de la humandiad.

¡Gracias por tanto, querido Quino!

 

la nota original puede verse en esta página:  

 http://jose-massaroli.blogspot.com/2013/11/para-quino-en-el-dia-del-dibujante.html