Debo agradecer al amigo de Facebook, yaque no en persona, Claudio Esteban Moraga Tabaro, hijo del dibujante Moraga,de larga trayectoria en Columba y otras editoriales, y vecino del partido de Ramallo, más precisamente del la localidad de Pérez Millán, el envío de estos sorprendentes versos gauchescos redactados no por un paisano de bombacha bataraza y poncho, sino por la IA (Inteligencia Artificial):
En Ramallo vio la luz,
allá por el cincuenta y dos,
un paisano de gran cruz,
Massaroli fue su voz.
Desde niño en Buenos Aires,
en el arte se inspiró,
dibujante sin desaires,
guionista se volvió.
Con pasión y con destreza,
al papel vida le dio,
y en la vasta fortaleza,
del cómic se consagró.
Desde el noventa y uno,
con Disney hizo alianza,
ilustrando con acierto,
sus personajes y esperanza.
Pero no solo en la ficción,
su talento se forjó,
la historia de la nación,
en viñetas la narró.
Desde el dos mil diez en adelante,
Massaroli no descansó,
y en su pluma vibrante,
la patria se redibujó.
Pasada la sorpresa, se me ocurren algunas alarmantes reflexiones: El avasallador avance de la IA en todos los terrenos, hasta en los menos pensados, como la poesía, ¿hará innecesario al ser humano? ¿Nos limitaremos a ordenar un dibujo, una cancipon o una novela a la IA, hacer un clic y disfrutar del resultado? ¿Y qué harán los miles de millones de seres humanos que resulten innecesarios y sobrantes? ¿Estamos preparados para eso? No tengo la repuesta, pero sí el temor de que esto lleva a cambios catastróficos en la vida de la humanidad, tal como la conocemos hasta ahora. Ustedes tienen la palabra, queridos lectores. Los escucho.
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