domingo, 26 de agosto de 2012

Visita a la capital mundial del polo, y los alemanes del Volga, Coronel Suárez

La ciudad sureña de Coronel Suárez nos vio llegar el seis de agosto al amigo guionista Oenlao y a mí, convocados por la Biblioteca Popular Infantil e Isidoro Espacio de Arte.


El motivo fue el aniversario de la ciudad, cuyo nombre recuerda a un glorioso guerrero de la Independencia, antepasado nada menos que del genial Jorge Luis Borges. Nuestro primer paso fue visitar la radio Coronel Suárez, donde salimos al aire contando nuestras historias, siempre acompañados por Gladys Meyer, nuestra amable guía y también periodista de la radio, además de conductora de la Biblioteca Popular y 1.000 incansables actividades más.


Para celebrar los 130 años de la fundación, se hizo presente el gobernador Daniel Scioli y otras personalidades en unos festejos que no excluyeron el desfile de fuerzas armadas ni de reinas de belleza. Ese día, en la plaza San Martín, frente a la municipalidad, se realizó una feria en la que se destacaba el stand de las dos instituciones que nos convocaron; Allí compartirmos experiencias, libros e imágenes con todos aquellos interesados en profundizar en el tema que se acercaron, rodeándonos de simpatía y hospitalidad.


Al día siguiente, dos escuelas nos esperaban:  por la mañana, la secundaria, donde dimos una charla ante los atentos alumnos, proyectamos que muestra el "paso a paso" de la realización de una de mis historietas para Disney, y dibujé algunos patos a pedido de los chicos, muy amistosos y respetuosos y muchos de ellos, ¡con ganas de dibujar!

 

A la tarde fue el turno de la escuela primaria, donde repetimos la función, esta vez ante cerca de... ¡200 "blancas palomitas"! que lograron emocionarme con su calidez y amor por la historieta, pero sobre todo cuando, un par de veces, corearon "¡Jo-sé!, ¡Jo-sé!", cosa que me hizo sentir muy bien, más que nada, por el afecto que trasuntaba el espontáneo coro infantil. 


 Como entrañable remate para estos dos días intensos, el Rotary Club nos agasajó con una copiosa cena en la que no me faltó el honor de izar la bandera argentina. Se charló sobre los antiguos quioscos, focos de cultura en los pueblos antes de la era televisiva, las viejas revistas de historieta que todos leíamos, en fin, muchas cosas en común entre los recuerdos de nuestros pueblos, Ramallo y Suárez, tan parecidos...

 Dibujo de un artista local en que se ve un antiguo quiosco de madera. Cuál no sería mi emoción al comprobar que era igual al quiosco de sforza, frente a la estación de Villa Ramallo, donde yo combraba mis Rayo Rojo, Billiken, Misterix y tantas, tantas revistas de historietas. Sólo cambiaba el color.

...Y llegó la hora de regresar, mucho antes de lo que hubiéramos deseado, ya que el trato, la simpatía y la "buena onda" fueron permanentes para nosotros. Así que sólo nos queda decir:  ¡¡¡Muchas gracias por todo, Coronel Suárez!!! ¡Volveremos!

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