A veces, no puedo sustraerme a las noticias que nos abruman, las imagénes que nos desgarran y la culpa de estar cómodamente sentado en mi casa, mirando un partido de la selección argentina en el último
Campeonato Mundial de Fútbol de
Brasil, sin saber que en ese mismo momento, en un país lejano, otros hinchas, que hablaban otro idioma, algunos con la camiseta de mi país, indefensos y desprevenidos, festejando nuestro triunfo sobre
Holanda, morían asesinados por una máquina militar ciega, sorda y muda.
La noticia:
http://www.lanacion.com.ar/1708785-en-pleno-partido-argentina-holanda-un-misil-israeli-mato-a-9-palestinos-en-un-cafe-de-gaza
De ahí esta historieta, todavía con la tinta fresca. Cortita, apenas una sensación: la de que, por desgracia, hay penales que nadie puede atajar... o quizá sí, si todos tomamos conciencia al fin de que estas cosas
no deben ocurrir.
Nunca más.
Cuatro años después:
https://elpais.com/internacional/2018/08/13/actualidad/1534193171_020667.html
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